Como cada año se acercan unas fechas de muchas idas y venidas, fechas en las que decidimos comer aquí o allá, visitar familiares, y en muchos casos... porque no decirlo? atender compromisos que no siempre nos apetecen.
Cada vez más personas cogen las riendas y deciden disfrutar de estos días de descanso más o menos lejos de casa pero fuera de ella en cualquier caso.
Al menos una vez en la vida hay que probar esta manera de pasar la navidad regalándose a uno mismo el tiempo libre, gastando el dinero en algo que nos apetece y acompañarnos solo de quien elegimos y no es egoísmo, es decidir sobre nosotros mismos al igual que hacemos el resto del año.
Hay personas que me comentaban que habían ido a un hotel con gala, cena, música en vivo etc... y lo que más me llama la atención es que repiten!! una gran mayoría decide que ya nunca más quiere estar en la cocina el día de nochevieja con el delantal puesto y que no tiene ganas de ir a buscar gambones dos meses antes para congelarlos porque están mejor de precio, ojo que es una opción muy valida... pero yo para no quedarme con la duda... lo probé.
Y descubrí porque hay gente que ya tiene decidido que el fin de año lo pasa donde quiere y con quien quiere.... para empezar diré que ya lo de no tener que pensar el menú, gana muchos puntos, pero no solo queda ahí la cosa... hay más ... mucho más...
Llegar al hotel y sentir que esta escapada es especial, porque lo primero que te encuentras al llegar es una persona con buena cara junto a un gigantesco árbol de navidad, vaya! eso mola.
La habitación lista y una vez que dejas las maletas, te das cuenta que tienes unos días para ti, si el hotel tiene además spa, centro deportivo o piscina cubierta, no necesitas nada más, te toca a ti, esta vez si.
Ir a comer a un restaurante local, salir de paseo de la mano de tu chic@, visitar ese pueblecito soñado al que nunca encuentras tiempo para ir, hacerse fotos, ver un atardecer, dar y recibir regalos en cualquier forma....
Y cuando dan las 6 de la tarde del día de fin de año y tu preocupación se convierte en ponerte guap@, subirte a unos buenos tacones o ponerte un elegante traje, entonces te das cuenta que este año si te lo vas a pasar de película, que te den las buenas noches a la entrada del salón, oir la música y ver a tu pareja, amigos o acompañantes felices, con una copa en la mano y brindar por pasarlo genial, empiezas la gala de fin de año con buen pie.
La mesa preparada y perfectamente decorada para la ocasión, un profesional de hosteleria sirviendo los mejores platos de la cocina, un postre exquisito (esta vez las calorías no se tienen en cuenta), la copa de vino siempre llena, las campanadas con las 12 uvas ya contadas....
Y no hace falta decir que tras una noche de juerga y risas, copas de sabores, degustar un buen menú y volver a brindar, de nuevo la mayor preocupación es bajarse de los zapatos o colocarse la corbata, porque la noche es larga y la resaca más.. pero entonces te das cuenta que mañana, 1 de enero de nuevo tu preocupación será estar perfecto para el brunch que ofrece el hotel.
Y claro, así a cualquiera le apetece que llegué la Navidad !!!
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